Siempre he tenido la espinita de no haber podido estudiar una carrera
o, por lo menos, haber hecho el bachillerato o algo, pero me tocó vivir una época difícil y no fue posible.
Nací en 1961, en La Cruz de Algaida, una pequeña aldea de Iznájar (Córdoba) en el seno de una familia humilde donde yo ocupaba el segundo lugar de siete hermanos. Por lo tanto, no había más remedio que trabajar en cuanto eras un poco capaz.
Recuerdo mi época escolar con un poco de pena porque los estudios se me daban muy bien y me encantaba ir a la escuela, pero casi no iba porque tenía que ayudar en casa y cuidar de mis hermanos más pequeños, mientras mis padres estaban trabajando.
Cuando tenía 16 años, mis padres decidieron emigrar en busca de mejores oportunidades para su familia. Vinimos a San Adrián (Navarra), donde vivo actualmente.
Una vez aquí, empecé a trabajar en una fábrica de conservas, después me case, tuve dos hijas y, en fin, que por unas cosas o por otras nunca pude estudiar en condiciones, como me hubiera gustado.
Digo en condiciones, porque durante todo este tiempo siempre he estado estudiando cosas sueltas de esto o de lo otro, bien por correspondencia, a través de Internet o, muchas veces, simplemente comprándome libros del tema que me interesaba en ese momento y estudiando por mi cuenta y, otras, asistiendo a cursos nocturnos para adultos.
De esta forma conseguí sacarme, el graduado escolar y, más tarde, el título de nivel intermedio de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas, y, el año pasado, el título de la ESO, únicos títulos oficiales que tengo (hasta el momento).
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